lunes, 12 de enero de 2009

El nazismo en Chile













De izquierda a derecha, el fascista Adolf Hitler, y los comunistas Carl von Ossiestzky y Martin Niemöller




En 1937 Neruda regresó a chile de nuevo en tercera clase. En su país se estaban comenzando a implantar ideas fascistas alemanas apoyadas en gran medida por la oligarquía. Banderas con esvásticas poblaban algunas calles. En una ocasión Pablo entró en un establecimiento para llamar por teléfono, era el único teléfono local. El dueño había situado el teléfono de tal manera que al cogerlo la mano se quedara estirada, haciendo una reverencia a un gran retrato de Hitler que había delante.

En 1938, Neruda se puso al cargo de la revista “Aurora de Chile”, una revista antifascista constituida por muchos poetas chilenos. En esos tiempos, el Embajador hitleriano de Chile regalaba libros nazis a la Biblioteca Nacional. Pablo y los demás editores de la revista “Aurora de Chile” decidieron contestar a esa actitud reuniendo un número importante de libros alemanes, entonces prohibidos por Hitler en Alemania, para regalárselos a la Biblioteca Nacional. Sin embargo no pudieron entregárselos, porque les habían cerrado las puertas con candado. Sin conformarse con esto, organizaron un desfile y entraron en el salón de honor de la universidad con un retrato del pastor Niemöller y otro del pacifista Carl von Ossietzky. Dejaron los libros y los retratos en el estrado donde se encontraba el Ministro de Relaciones Miguel Cruchaga, que estaba presidiendo algún acto, y así fueron aceptados los libros.

El 18 de agosto de ese mismo año, 1938, murió la madrastra de Pablo Neruda, doña Trinidad Candia, a la que más tarde, en 1964, le dedicaría un poema titulado “La mamadre”, integrado en su libro “Memorial de Isla Negra”.

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