domingo, 28 de diciembre de 2008

Oda a Valparaíso, Pablo Neruda


VALPARAÍSO,

qué disparate

eres,

qué loco,

puerto loco,

qué cabeza

con cerros,

desgreñada,

no acabas

de peinarte,

nunca

tuviste

tiempo de vestirte,

siempre

te sorprendió

la vida,

te despertó la muerte,

en camisa,

en largos calzoncillos

con flecos de colores,

desnudo

con un nombre

tatuado en la barriga,

y con sombrero,

te agarró el terremoto,

corriste

enloquecido,

te quebraste las uñas,

se movieron

las aguas y las piedras,

las veredas,

el mar,

la noche,

tú dormías

en tierra,

cansado

de tus navegaciones,

y la tierra,

furiosa,

levantó su oleaje

más tempestuoso

que el vendaval marino,

el polvo

te cubría

los ojos,

las llamas

quemaban tus zapatos,

las sólidas

casas de los banqueros

trepidaban

como heridas ballenas,

mientras arriba

las casas de los pobres

saltaban

al vacio

como aves

prisioneras

que probando las alas

se desploman.

Pronto,

Valparaíso,

marinero,

te olvidas

de las lágrimas,

vuelves

a colgar tus moradas,

a pintar puertas

verdes,

ventanas

amarillas,

todo

lo transformas en nave,

eres

la remendada proa

de un pequeño,

valeroso

navío.

La tempestad corona

con espuma

tus cordeles que cantan

y la luz del océano

hace temblar camisas

y banderas

en tu vacilación indestructible.

Estrella

oscura

eres

de lejos,

en la altura de la costa

resplandeces

y pronto

entregas

tu escondido fuego,

el vaivén

de tus sordos callejones,

el desenfado

de tu movimiento,

la claridad

de tu marinería.

Aquí termino, es esta

oda,

Valparaíso,

tan pequeña

como una camiseta

desvalida,

colgando

en tus ventanas harapientas

meciéndose

en el viento

del océano,

impregnándose

de todos

los dolores

de tu suelo,

recibiendo

el rocío

de los mares, el beso

del ancho mar colérico

que con toda su fuerza

golpeándose en tu piedra

no pudo

derribarte,

porque en tu pecho austral

están tatuadas

la lucha,

la esperanza,

la solidaridad

y la alegría

como anclas

que resisten

las olas de la tierra.

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