miércoles, 12 de noviembre de 2008

El primer poema


Pablo mostró, desde pequeño una gran voracidad literaria. Asistía a menudo a la biblioteca para leer cada vez más, e incluso el propio bibliotecario se sorprendía de un niño tan hambriento de literatura. Libros que descubrió en su infancia le acompañaron hasta el final de su vida, como los clásicos rusos de Tolstoi, Dostoievskii, o Chejov.

Podríamos considerar muy temprana su condición de poeta, atendiendo al poema que escribió a su madrastra poco después de haber aprendido a escribir. Su padre, sin prestarle mayor atención, se limitó a preguntar de dónde lo había copiado, y esa fue la primera vez que se vio expuesto a la despiadada crítica literaria.

Sin duda, esta sensibilidad por las letras, venía compaginada con un gran cariño irremediable hacia los seres vivos. Él mismo recuerda en sus memorias, aún con dolor, la historia del cisne cuello negro que murió en sus brazos tras haber sido curado de sus heridas por Pablo, en su niñez.

No hay comentarios: